Cuerpo etérico (aura) de la hoja
Es el cuerpo sutil (etérico) que junto con el cuerpo físico emana del Espíritu, cuando decide una nueva reencarnación, dota al cuerpo de toda la energía sutil que va a permitir vivir y desarrollarse al cuerpo físico. Es la unión o conexión entre el Espíritu y sus cuerpos, y el cuerpo físico.
Este cuerpo va a recibir todas las experiencias que tendrá el cuerpo físico, en él se fijarán todas las enseñanzas, ya sean positivas o negativas y las trasmite a los cuerpos superiores y viceversa. Transmite al cuerpo emocional y al cuerpo mental las informaciones que recogemos a través de los sentidos corporales, y simultáneamente transmite energías e informaciones desde los cuerpos superiores al cuerpo físico.
Cuando el cuerpo etérico está débil, este flujo de energías e información se encuentra obstaculizado y el hombre puede parecer indiferente tanto en el plano emocional como en el mental. Este cuerpo es un doble completamente exacto al cuerpo físico, al estar dotado de una energía más sutil que el físico y al ser el activador del mismo, es al que debemos dirigirnos para tratar de curar al físico, ya que es a través del cuerpo etérico (Alma) como más eficazmente se puede curar el cuerpo físico.
Atrae la energía procedente del Sol a través del chakra del plexo solar y energías vitales de la Tierra por el chakra raíz, acumula estas energías a través de los nadis (canales) y los chakras y las conduce al cuerpo físico en flujos constantes e ininterrumpidos. Estas dos energías mantienen un equilibrio vivo en las células corporales.
Cuando este cuerpo está saturado ó lleno de energía, la energía sobrante la expulsa a través de los poros de la piel y de los diferentes chakras, sale en una especie de filamentos rectos, hasta una distancia de unos 5 o 7 centímetros de longitud alrededor del cuerpo y forma el aura etérica que es la primera fracción de lo que es el aura total. Forma como un manto protector, impidiendo a los gérmenes patógenos y energías contaminantes penetrar en el cuerpo y simultáneamente irradia un flujo constante de energía vital hacia el entorno.
Todo esto significa que el cuerpo físico está totalmente protegido del exterior, siendo las enfermedades que atacan al hombre culpa del propio hombre. Los pensamientos y emociones negativos, así como una forma de vida desordenada tanto en el emocional como en el tema alimenticio (sobreesfuerzo, alimentación insana, alcohol, nicotina, drogas, falta de descanso, estrés, etc., etc. ), consumen energía vital etérica, por lo que la irradiación energética pierde fuerza, vigor e intensidad provocando zonas débiles y desordenadas, apareciendo los filamentos que salen de los poros, doblados y cruzados unos con otros, generando “agujeros” o heridas en el aura etérica por los que penetran en el cuerpo vibraciones negativas y bacterias que nos pueden provocar enfermedades.
Debido a esta estrecha relación existente entre el estado del cuerpo físico y la radiación energética del cuerpo etérico, a menudo se habla también de un aura de la salud. Antes de manifestarse en el cuerpo físico, la enfermedades se manifiestan en el aura etérica y pueden ser detectadas y tratada en este plano. La denominada fotografía Kirliam consiguió hacer visible, por primera vez, esta radiación energética, propia de cada ser vivo. Basándonos en este invento, se han hecho diagnósticos muy precisos y se han detectado enfermedades incluso cuando aún se encontraban en fase latente.
El cuerpo etérico y con él el cuerpo físico, reaccionan de forma muy intensa a los impulsos mentales que proceden del cuerpo mental. Precisamente por eso estriba la razón de los éxitos del pensamiento positivo en el tratamiento de las enfermedades. Un pensamiento positivo puede favorecer extraordinariamente la superación de una enfermedad.
Este cuerpo etérico se forma de nuevo en cada reencarnación JUNTO CON EL NUEVO CUERPO FISICO y se disuelve al cabo de varios días después de la muerte física.
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