jueves, 19 de agosto de 2010

De donde venimos? Por que estamos aquí? Quién o quienes nos han “fabricado”?


En los momentos actuales, en los que se da credibilidad a cualquier cosa que se escriba sobre “aquello”, que desconocemos, tal vez por el dicho de que,” en el país de los ciegos el tuerto es el rey”, se está difundiendo una cantidad tremenda de literatura dando respuestas a algunas de las preguntas más existenciales que el hombre se puede hacer: De donde venimos? Por que estamos aquí? Quien o quienes nos han creado? ……

Después de haber leído múltiples escritos y haber oído muchas opiniones al respecto, quiero desde aquí plasmar mi opinión sobre estos temas.

Al parecer, y esto se esta divulgando últimamente cada vez más, tal vez sea por que el tema extraterrestre está mas el la “palestra” que nunca, nosotros, los humanos, seriamos la consecuencia de la manipulación genética del Homo- Erectus por seres extraterrestres, como consecuencia a su vez del enfrentamiento que seres de la obscuridad tuvieron con los seres de luz, y que los primeros fueron, de alguna forma “DESTERRADOS A LA TIERRA, donde manipularon genéticamente a los habitantes de entonces, el Homo- Erectus.

Los motivos parecen ser la discrepancia en la construcción de las diferentes formas de vida, unos abogaban por seres que al ser inferiores no merecían salir del plano material, o sea espíritus atrapados el la materia, con el fin de tenerlos como esclavos, sin discernimiento alguno, y otros, los seres más elevados de luz, abogaban por la formación de seres con vistas a los planos más altos de espiritualidad y de luz. Todo esto esta recogido en la Biblia, en el Génesis, donde se recoge el enfrentamiento de Lucifer con Dios.

Pasados los tiempos, regresaron a la Tierra, y se sorprendieron que los seres que habían creado, habían evolucionado, las hijas de los hombres eran bellas y las tomaron, (Génesis), de esta forma nacieron seres híbridos, que fueron evolucionando hasta nuestros días, tal vez, esto aclare, el por qué de las diferentes razas existentes en nuestro planeta, así mismo este seria el famoso eslabón perdido que la ciencia trata de descubrir, sin éxito, hasta en momento.

Solamente los gnósticos de los primeros tiempos del Cristianismo, relatan las diferencias que hay entre lo que llamamos El Supremo Hacedor y el Jehovah o Yahvé
Bíblico, tal vez por que conocían de la cultura Sumeria, donde se relata la historia de la creación.

Mi opinión, es que entre lo que llamamos Dios, El Supremo Hacedor, El Uno sin Segundo y el plano humano, hay múltiples existencias: ángeles, arcángeles, querubines, tronos, etc etc. Múltiples seres de luz, ángeles que ocupan, unos los planos más obscuros pero con poderes sumamente sutiles, entre ellos, la creación de cuerpos en el plano físico y otros los planos de Luz provenientes Del Sumo Hacedor: Dios, y que se encargan de que el ser humano evolucione del plano físico a los más altos niveles de Luz. Su Hogar, el principio y origen de todo lo manifestado.

Según la Biblia, Adán fue creado del barro, acaso no puede ser que tal material, pudiera haber sido manipulado para su formación, desde su núcleo atómico, con el fin de crear el principio de lo que hoy somos?. Muchos confunden cuando hablamos de que somos la imagen y semejanza de Dios, lo confunden al creer que tiene nuestra forma física, no es así, creo que somos imagen y semejanza pero en el plano energético o sea el plano o núcleo atómico. El principio de toda manifestación. La Chispa Divina que tiene toda existencia manifestada y por manifestar.

¿De donde venimos?: De más allá de las estrellas.

¿Por qué estamos aquí?: Por que nos secuestraron desde el plano espiritual, para ser esclavos de seres obscuros. Manipulándonos hasta que podamos salir de esta “cárcel”.

¿Quién o quienes nos han “fabricado”: Ángeles renegados, el malévolo Señor Dios, Jehovah, quien creó a un ser sintético compuesto de 'barro'. Jehovah resulta ser Satanael, un Elohim que se levantó en rebelión contra el Supremo Dios.

A continuación quiero transcribir un trabajo excepcional, es de la revista New Dawn, en su nro. 44 ( Sept.-Oct 1997), donde explica muy ampliamente todo lo manifestado anteriormente:

La noción de que la humanidad fue creada por algún tipo de manipulación genética extraterrestre, de acuerdo a algunos investigadores, es la base actual de las historias de la creación, encontradas en los registros Sumerios antiguos y los posteriores escritos Hebreos. Esta idea es planteada en detalle en la obra del académico israelí Zacarías Sitchin, quien utiliza los registros sumerios para argumentar que el moderno Homo-Sapiens fue creado por seres del espacio exterior llamados "Nefilim". Él cree que los Nefilim crearon a los humanos mediante la modificación genética del Homo-Erectus.

En 1989, la hipótesis radical de Zecharia Sitchin avanzó a otro nivel con la publicación del libro "The Gods of Eden" (Los Dioses del Edén), apropiadamente subtitulado: "The chilling truth about extraterrestrial infiltration, and the conspiracy to keep humankind in chains" (La escalofriante verdad acerca de la infiltración extraterrestre y la conspiración para mantener a la humanidad encadenada). El autor, un abogado californiano con el seudónimo William Bramley, recopiló las principales investigaciones anteriores sobre el tema de los "astronautas ancestrales" y las reunió con una particular visión conspiratoria de la historia. La controvertida tesis de Bramley, que confronta casi todas las creencias populares, es la siguiente:

"Los seres humanos parecen ser una raza esclavizada reproduciéndose en un planeta aislado de una pequeña galaxia. La raza humana fue una vez fuente de mano de obra para una civilización extraterrestre, para la cual seguimos siendo su posesión. Para mantener el control sobre su posesión y mantener a la Tierra como una especie de prisión, esa otra civilización ha alimentado un interminable conflicto entre los seres humanos, ha promovido la decadencia espiritual y ha creado en la Tierra condiciones irreversibles de penuria física. Esta situación ha existido por miles de años, y aún continúa hasta nuestros días." (The Gods of Eden).

La idea de que la humanidad es el producto de una ingeniería genética, conducida por extraterrestres provenientes de alguna parte, fuera de nuestro pequeño planeta, desafía tanto a la evolución darwiniana como al creacionismo. ¿Acaso los dogmas de la ciencia y la religión nos han cegado la verdad acerca de nuestros orígenes?

La iglesia cristiana proclama que un supuesto omnisciente, todo-poderoso "dios", creó a nuestros primeros padres del "barro", de manera parecida a como el alfarero moldea la arcilla. Sólo cuando Adán y Eva rompen con las reglas de su creador son sujetos al dolor, la enfermedad y la muerte. Por desobedecer a este "dios" también condenaron a su descendencia ‹a toda la humanidad‹ a ser "pecadores". El cristianismo deriva su infortunado relato sobre Adán y Eva del primer libro de la Biblia Hebrea o Antiguo Testamento: el Génesis.

Si interpretamos la Biblia literalmente, asumiendo que se trata de un documento histórico infalible, se nos presenta un "dios" (Jehovah o Yahvé) quien, por su propia palabra, admite ser celoso, colérico y vengativo. El temor del "Señor" (Jehovah) aparece enfatizado constantemente a través del Antiguo Testamento. Se espera de Él que recompense a aquellos que lo adoran y que mantienen la observancia de la ley ritual, gratificando sus deseos mundanos por posesiones materiales y poder. No se puede dejar de notar que este cruel, sanguinario y egoísta "dios" se asemeja grandemente a los caprichosos dioses sumerios.

De acuerdo al Génesis, este "dios", demasiado humano, desconocía que sus apreciados humanos habían echado a perder su creación al comer la "fruta prohibida". Después de esto, habiendo expulsado a la primera pareja humana del Paraíso, amenazó a sus descendientes con su cólera hasta el día en que ahogó al mundo entero con un diluvio.

Este "dios" Jehovah, como el historiador Gibbon observa en su obra "The Decline and Fall of the Roman Empire" (Declinación y caída del Imperio Romano) es un "ser propenso a la pasión y al error, caprichoso a su favor, implacable en su resentimiento, celoso de su supersticiosa adoración, y confinando su providencia parcial a una simple persona y a su transitoria vida."

La investigación indica que la Biblia Hebrea, lejos de ser un texto histórico infalible creado por un Ser Supremo, resulta ser una gran revisión compilada de por lo menos dos trabajos completamente separados. Reunidos en el Libro del Génesis existen dos trabajos separados conocidos por los académicos como las tradiciones del Norte "E" y las del Sur "J", las cuales son complementadas por revisiones e inserciones adicionales. En la "E" (que contiene los pasajes referentes a los Elohim) reside la tradición pre-judaica de la gente del Norte, quienes exaltaban al Más Elevado Dios, Él, y a los subordinados Elohim. Los pasajes correspondientes a "J", o Jehovistas, describen una entidad totalmente foránea, el malvado Jehovah (YHWH), el "Señor". De acuerdo a Max. J. Dimont, en "Jews, God and History" (Judíos, Dios e Historia): "En el siglo quinto A.C. los sacerdotes judíos combinaron porciones de los documentos 'J' y 'E', añadiendo un pequeño aporte personal (conocido como el fraude piadoso); los documentos resultantes se conocen como 'JE', ya que Dios en estos pasajes es nombrado como 'Jehovah Elohim' (traducido como 'Señor Dios')."

A esto se debe que encontremos, dentro de la Biblia, imágenes contradictorias y conflictivas del Supremo Dios. Encontramos a Jehovah, un dios tribal, enmascarando al Ser Supremo. Los primeros capítulos del Génesis describen un combate impresionante entre dos poderes rivales. Por un lado está el Más Elevado Dios y Sus Elohim, quienes crean mediante su propio espíritu manifestado; y por el otro lado está el malévolo Señor Dios, Jehovah, quien creó a un ser sintético compuesto de 'barro'. Jehovah resulta ser Satanael, un Elohim que se levantó en rebelión contra el Supremo Dios. Aunque posteriormente nombrado el Único Dios, inicialmente los Hebreos conocían a Jehovah sólo como uno más de los muchos Elohim. Ellos citan el Canto de Moisés para distinguir entre el Más Elevado y el Jehovah usurpador:


"Cuando el Altísimo repartió las naciones, cuando distribuyó a los hijos de Adán, fijó las fronteras de los pueblos, según el número de los hijos de Dios; mas la porción de Yahvé fue su pueblo, Jacob su parte de heredad". (Deuteronomio 32:8-9).

Los cristianos gnósticos de los primeros siglos, quienes preservaron las enseñanzas originales de Jesús, hacían una distinción entre el Padre Celestial y el dios de la Biblia Hebrea. Jehovah (YHWH) no era el Padre revelado por Jesús. Mientras la Biblia Hebrea revelaba a un dios tribal, el Dios de Jesús era el Ser Supremo Universal de toda la humanidad. El dios hebreo era un dios de temor, el Padre Celestial de Jesús era un Dios de amor. De hecho, Jesús nunca se refirió al Padre Celestial como Jehovah. El Evangelio Gnóstico de Pedro establece que los Hebreos se encontraban bajo la ilusión o engaño de que conocían al Ser Supremo, pero eran ignorantes del mismo, y conocían sólo a un falso dios, un impostor, cuya naturaleza verdadera era desconocida para ellos.

Los gnósticos, basados en su profundo estudio del Libro del Génesis, exponen a Jehovah como Satanael el Demiurgo, el poder creativo de este caído mundo material, que es hostil al Ser Supremo. Un maestro Gnóstico dijo cómo el Padre desconocido creaba a los ángeles, a los arcángeles, potestades y dominaciones. El mundo, sin embargo, y todo en él, fue construido por siete ángeles particulares, y el hombre también es obra de los ángeles. Estos ángeles él los describió como artesanos flojos y rebeldes.

Saturninus (90-150 D.C.), quien estableció una importante comunidad gnóstica en Siria, enseñó que el Único Dios Verdadero, el Padre Celestial revelado por Jesús, habita en el más elevado Reino de la Luz. Entre este trascendente Reino de Luz y nuestro mundo finito existe una vasta jerarquía de arcángeles, ángeles y poderes espirituales; los constructores del Universo y los diseñadores del Hombre. Por necedad y vanidad, Satanael se rebeló contra el Reino de la Luz, liderando a un grupo de ángeles seguidores. Satanael y sus lacayos maquinaron atrapar a seres espirituales en cuerpos físicos. Saturninus contó cómo el ángel creador, Satanael, procuró crear cuerpos físicos humanos a imagen de seres espirituales. De esta manera ellos planearon mantener a los seres espirituales permanentemente atados a cuerpos físicos.

En el recuento de la creación de Saturninus, Satanael, el ángel creador, sólo pudo formar un androide primitivo. Fue necesario animarlo con un ser espiritual de los reinos superiores. Entonces, Satanael atrajo de los reinos celestiales, hacia su universo carente de alma, una "chispa de luz" y la atrapó dentro del cuerpo material de Adán. De acuerdo a Apelles, otro antiguo maestro Gnóstico, los seres espirituales fueron seducidos para descender desde su lugar en los reinos celestiales por la oportunidad de tener una experiencia física, siendo luego atados a cuerpos de carne mediante las maquinaciones de Jehovah. Generación tras generación la "chispa de luz" se incorporó en las formas humanas. Pronto, estos seres espirituales fueron absorbidos tanto en el mundo material que perdieron toda conciencia de su origen en el Reino de la Luz. Se encontraron a sí mismos capturados en el mundo de Satanael el Demiurgo. De hecho, se convirtieron en esclavos de su malévolo creador.

La iglesia católica, al aceptar la biblia hebrea en su interpretación literal, confunde a Jehovah el dios tribal con el Ser Supremo. Imitando a la antigua Israel, la Iglesia se establece como un imperio político y religioso. Sólo los cristianos gnósticos permanecieron en su camino. Los gnósticos pronto se encontraron siendo denunciados viciosamente como herejes, mientras que sus libros sagrados eran robados y quemados. Gracias al descubrimiento milagroso de algunas escrituras gnósticas en Nag Hammadi, Egipto, hace cincuenta años, podemos tener una mejor comprensión de las comunidades cristianas gnósticas de los primeros siglos de nuestra era.
Un trabajo gnóstico descubierto en Nag Hammadi denominado el Apocalipsis de Adán, es un recuento de la creación de Adán y Eva. Este libro, que data del primer siglo, pudo haber sido un intento de reconstruir el Génesis original. Dice que Adán declaró:
"Cuando dios me creó de la tierra, junto con Eva tu madre, estaba con ella en la gloria, la cual ella había visto en el Eón de donde hemos venido (Reino de la Luz). Ella me enseñó una palabra de conocimiento del Dios eterno. Y nosotros nos asemejábamos a los grandes ángeles eternos, porque éramos más grandes que el dios que nos había creado y que los poderes en él, a quien no conocemos.

Entonces dios (el Demiurgo/Satanael), el regente de los eones y de los poderes, en cólera nos dividió. Entonces nos convertimos en dos eones. Y la gloria en nuestros corazones nos abandonó. Después de aquellos días, el conocimiento eterno del Dios de la Verdad (Padre Celestial) se retiró de mí y de tu madre Eva. Desde ese momento aprendimos acerca de las cosas muertas, como el hombre. Entonces reconocimos al dios (Demiurgo) quien nos había creado. Nosotros no le éramos extraños a sus poderes. Y le servimos a él en temor y esclavitud."
Los gnósticos entendieron que existen muchas órdenes diferentes de seres. Sus escritos refieren numerosas jerarquías de entidades espirituales, tanto de la Luz como de la Oscuridad. Estos seres no sólo se mueven en frecuencias sutiles, sino que pueden tomar formas en la dimensión física. Como los Esenios y Jesús, los gnósticos reconocían la habilidad de los "ángeles" de poder corporificarse. Los ángeles caídos eran a menudo referidos como regentes o Arcontes, y el jefe de los Arcontes era conocido por varios nombres como Satabael, Jehovah, Ildabaoth, Sacklas, Satán, Sammael, etc. Ellos poseían el poder para crear cuerpos y creían ser "dioses". Como consecuencia de su estado degenerado le eran hostiles a la humanidad y evitaban que esta adquiriera su liberación espiritual.

John A. Keel, autor de "Disneyland of the Gods", y "Our Haunted Planet" ("Disneylandia de Dioses" y "Nuestro planeta cazado"), argumenta que el creciente interés aparecido a finales del siglo XX, en relación a los extraterrestres, alienígenas y OVNIS, es solamente una versión moderna de las mismas fuerzas que otras personas y culturas alguna vez identificaron como "demonios" o "ángeles caídos":
"Los platillos voladores son meramente otro marco de referencia que nos provee de explicaciones aceptables para algunos de estos grotescos eventos. Un fenómeno invisible está acechándonos constantemente y manipulando nuestras creencias. Sólo vemos lo que ellos eligen que veamos, y usualmente nosotros reaccionamos."

La idea de que el cuerpo humano es el resultado del trabajo de ángeles creadores malévolos es notablemente parecida a la idea de extraterrestres involucrados en ingeniería genética para "crear" al homo-sapiens. ¿Estamos tratando con el mismo fenómeno? ¿Conocían los gnósticos la verdad acerca del verdadero origen del hombre y de los poderes invisibles que buscan mantener a los seres humanos atados? ¿Son los malévolos ángeles creadores quienes, según los gnósticos, secuestran a seres espirituales y los atrapan en cuerpos físicos, los mismos dioses creadores extraterrestres de Sumeria? Considere la siguiente observación de un académico gnóstico, el Dr. Stephen Hoeller:

"Los ángeles estelares y otros espíritus regentes aparecen como tiránicos, limitando las agencias en esta visión gnóstica. Ellos son usurpadores que señorean sobre la humanidad y la creación con el fin de acrecentar su propia importancia y gloria. Le incumbe entonces a los conocedores realizar esto y alejarse tanto como sea posible de la influencia de estos poderes. El predicamento existencial de la vida humana radica en la incómoda dominación que ejercen estos dioses menores sobre el espíritu de los seres humanos, y de la cual sólo la realización de la gnosis puede extraerlos." (Jung and the Lost Gospels).

Los ángeles creadores o Arcontes también se caracterizan como poderes terribles o fuerzas de ilusión y negatividad. Son como carceleros de una prisión, buscando mantener a sus cautivos humanos atados a la Tierra. Atrapado en las ilusiones de la existencia material, el hombre cree que es solamente un cuerpo y no logra darse cuenta de la verdad acerca de su origen. Esta condición perpetúa la ceguera espiritual, dejando a la humanidad cautiva de los carceleros.

Sin embargo, los gnósticos nunca cesaron de proclamar que el Verdadero Ser del hombre no es su cuerpo, y el mundo material definitivamente no es su verdadero hogar. El hombre es un ser espiritual y su propósito es la realización de su Ser Superior, esa chispa de luz exiliada en el cuerpo físico. Su destino es retornar al Reino de la Luz, su verdadero hogar más allá de las estrellas.

Debemos despertar y tomar conciencia de nuestro origen, de dónde venimos, cómo fuimos atrapados en este planeta, y cómo podemos lograr la liberación. Los Gnósticos nos indican la urgencia de escapar de la trampa del mundo y abrir nuestros ojos a la realidad de nuestro verdadero origen.

viernes, 22 de enero de 2010

2012-El Verdadero Peligro Polar

Hola amigos,

Navegando por Internet, nos hemos encontrados con dos vídeos, sumamente interesantes, que Juan Jose Faorti les ha puesto los subtítulos. Gracias por tu trabaj0.

Dichos videos los podéis visualizar en los siguientes links:

http://www.youtube.com/watch?v=LZ5thN3I2HQ

http://www.youtube.com/watch?v=eNlTXTw-jg4

Son unos vídeos en los cuales se habla científicamente de los cambios del 2012, todo esto es verificable en paginas como la NASA... y para aquellos que lo deseen, aqui os dejamos los enlaces: http://www.nasa.gov/
y http://ciencia.nasa.gov/

Hay varias teorías sobre ello, pero esta es la que mas aceptación tiene en el medio científico, no es que el mundo se vaya a acabar, pero lo que si va a suceder es el cambio de polos y como consecuencia un agudo y muy acusado cambio climático. Todo ello no es extraño, debido al movimiento del sistema solar a través de nuestra galaxia, pasando el mismo por diferentes zonas con fuerzas electromagnéticas y gravitacionales totalmente desconocidas para nosotros. Todo esto que sucede ocurre de forma cíclicla, al parecer cada 12.800 años.