viernes, 24 de octubre de 2008

LAS MANOS DE DIOS


Hace poco vimos una película titulada LAS MANOS dirigida por Alejandro Doria en el año 2006. La Academia de Cine de la Argentina la distinguió con ocho estatuillas, entre ellas, las de mejor película, mejor director, mejor actriz y mejor actor protagonista.

Película inspirada en episodios de la vida del Padre Mario Pantaleo, un cura nacido en Pistoia, Italia, y radicado en la Argentina, que guiado por los misterios de la fe tenía "poderes" para diagnosticar y sanar enfermedades a través de la imposición de manos. Gracias a la ayuda de los que creen en su don y a Perla, su colaboradora, construye su propia iglesia. A partir de ese momento nada será fácil para el Padre Mario, deberá luchar contra las autoridades de la iglesia católica, el gobierno y por si fuera poco, la policía para poder continuar con su obra.

A nosotros, nos ha parecido una película extraordinaria que os recomendamos, ya que dentro de su sencillez guarda una serie de mensajes y pensamientos filosóficos que son dignos de tener en cuenta. A continuación os transcribimos uno de esos pensamientos filosóficos que desarrollo el protagonista y que encierra formas tan sencillas, que se explican desde el punto de la comprensión de la intuición…

“En el Oriente, a diferencia de nuestra cultura occidental, que privilegió la razón como fuente exclusiva del conocimiento, se considera a la intuición como otra fuente de conocimiento de suprema importancia, para su percepción sin el uso de la razón podemos conocerla y esta es potestad de la conciencia humana. Entre nosotros quiero decir en Occidente, por no ser usada se atrofió, pero no desapareció, sigue estando ahí, y en Oriente se la sigue aplicando como solución de distintos trastornos del cuerpo.

El cuerpo humano es una masa energética en constante evolución, se regenera así mismo, nace y muere a cada instante, transformando su propia estructura celular y este proceso, lógicamente, provoca diferentes niveles de energía que se pueden registrar. Si hacemos observaciones puntuales sobre el cuerpo del enfermo, podemos sentir estas vibraciones de energía. Como explicarlo, es como si en una orquesta uno pudiera descomponer el sonido total y escuchar cada instrumento en particular. Yo sugiero esta tarea de ejercitar el oído, para poder llegar a escuchar, y de esto doy fe, cual es el instrumento que verdaderamente desafina y de esta manera nosotros también podemos registrar, sentir, las crisis energéticas dañadas en el cuerpo. Yo no curo, yo registro (chequeo) hay veces que no puedo hacer nada y lo digo, pero atentos yo no hago nada, soy la guitarra el guitarrero es el que está arriba. Pero no fui yo el que se puso ahí, créanme que no soy tan imbécil para creerme indispensable. Fui llamado para eso. Me di cuenta cuando no me di cuenta, fue así. La contradicción arrasa con la lógica pero es el motor de la vida, el cielo y el infierno están aquí dentro de nosotros, no afuera y la tarea de nuestra vida es hacerlo paraíso y a eso aspiro yo y les digo que ustedes también.”

Deseamos que os haya servido para comprender esas fuerzas internas, que están dentro de todos nosotros y que fluyen constantemente en nuestra vida.

Ángel y Pilar