miércoles, 25 de febrero de 2009

EL MAESTRO ... ERES TÚ (parte I)


Amigos, hace muchos años, en un viaje que hicimos a México, tuvimos la ocasión de conocer el centro CIICET (Centro de Investigación e Información de Conocimientos Extraterrestres), donde tuvimos acceso y la oportunidad de adquirir un pequeño libro de 30 páginas titulado “El Maestro”; el cual fue distribuido por la Asociación Civil Pro Enseñanzas Parapsicológicas de México. Nunca mejor dicho que: “la esencia se guarda en tarros pequeños”, ya que no se necesita grandes publicaciones para hacer llegar a las personas las enseñanzas, posibilidades y verdades que guardamos en nuestro interior; y que en realidad son la guía de nuestra vida.


Os invitamos a que lo leáis, ya que al hacerlo no vais a perder el tiempo, al contrario lo vais a ganar, ya que leyéndolo vais a adquirir un alto grado de consciencia de lo que somos.


Para hacer más amena su lectura, lo iremos transcribiendo en varios artículos.




EL MAESTRO ……… ERES TÚ


¡Escucha! Tú que has oído el llamado del Cristo y has consagrado tu vida y tu ser al servicio de la Humanidad.


Tú que has sentido el Divino impulso de participar a los demás de los bienes espirituales que has recibido.


Tú que has asumido o desea asumir el puesto de Preceptor y Director de las Almas necesitadas que han venido a ti en busca de alimento:


¡Escucha este Mi Mensaje especial para ti!


Tú, hijo amado, eres Mi Ministro escogido. Tú, a quien he elegido para que seas un conducto por él cual, Yo he de derramar en el mundo infinitas mercedes.


Sí, yo te he llamado aparte y te he señalado toda la basta labor que hay que hacer, los millones de Almas dormidas que esperar recibir el toque que ha de despertarlas a la consciencia* del propósito real de su estancia aquí, en esta vida.


(* Se ha escrito “consciencia” y no “conciencia”, porque la segunda no significa sino la “noción de bien o mal obrar” que el hombre tiene; en tanto que la primera significa “el estado de ser consciente”.)


Yo te he mostrado en que forma puedes ayudar en esta labor y por el aprecio y gratitud de aquellos que he traído a ti y que te he capacitado para ayudar, te he probado que verdaderamente les has dado ayuda.


Sí, tu te das cuenta de que no estás trabajando en vano, y aunque el sendero te parezca obscuro y el provenir incierto y no veas claramente los medios y habilidades necesarias para continuar; sin embargo, algo te impulsa interiormente a perseverar, diciéndote, si te muestras fiel a la causa que has hecho tuya, todo se arreglara a su debido tiempo.


Yo insiste en recordarte todo esto, aún cuando no hayas sido antes percibido claramente por tu conciencia humana y te lo manifiesto a fin de prepararte para lo que más adelante tengo que decirte.


Pues Yo ahora deseo que sepas que en todo esto tengo un Plan y Propósito claramente definidos y que ha llegado el tiempo en que tú habrás de cooperar conscientemente conmigo, en el desempeño de este trabajo; así como que has llegado al punto de tu Vida Espiritual en que, si estas palabras hallan eco real en tu corazón y te esfuerzas seriamente, de hoy en adelante, por obedecer las instrucciones que Yo aquí te doy, te será revelado tu verdadero lugar en Mi Plan, y habrás de tener una comprensión clara de Mi Propósito.


¡Yo!…. ¿Quién soy Yo?… ¿Yo, que hablo con tal autoridad y te hago declaraciones del tal modo terminantes?… ¿Quién Soy Yo que puedo instruirte y te ofrezco recompensas que solo Dios puede dar?


¡Escucha!

¡YO SOY TÚ… Tú propio y VERDADERO Yo!

YO SOY Tú Yo Verdadero, el Espíritu del Cristo, cuya llamada has oído.

YO SOY Tu Yo más Elevado, el Vivificador, cuyo impulso has sentido.

YO SOY Tu Yo Divino, El Donante de todos los Bienes que has recibido.

YO SOY DIOS, en Ti Mismo.


Más no creas que estoy en ti como un espíritu extraño a ti, aunque alojado en algún lugar particular dentro de tu cuerpo, no… YO SOY TU, ¡TU MISMO! YO SOY tu íntima conciencia de ti misma expresada en la palabra YO. Tu Yo como realmente es, no como crees que es.


Sí, YO, DIOS, soy Tú, tu Yo REAL, la verdad en ti: cuerpo, mente, alma, conciencia, voluntad.


Escúchame con toda tu alma, pues Yo, Dios, Tu Yo Real, Soy quien te da en estas páginas Mis palabras de Verdad viviente.


Y he aquí el modo en que tú puedes conocer que Soy Yo Quien las habla.


Si estas palabras hallan un eco en lo íntimo de ti, es porque Yo, tu Yo Real, así respondo y te obligo a fijar tu atención para que puedas buscar y comprender todo mi significado, en ellas oculto; pero si no responde tal eco en lo interno y tu intelecto humano te dice que todo esto no es sino otra tentativa para interesarte en las ideas de algún otro maestro, así como que tú tienes una filosofía tuya y no necesitas recibir instrucciones de nadie, y en vista de esto, eliges no continuar leyendo, está bien.


Mas has de saber que no eres realmente tú el que así elige, sino Yo, tu Yo todo Sabiduría y todo Amor, Quien así elige para ti; porque Yo tengo otras ideas reservadas para Ti, y te haré comprender Mi Propósito y tu parte en Mi Plan, a su debido tiempo, es decir, cuando Yo haya preparado tu mente humana y la conciencia de tu Alma, a fin de que puedas aceptarlo.


Sin embargo, si escuchas una voz (Voz que realmente habla en el ser abierto al conocimiento, pero que puede manifestarse solamente como un impulso o necesidad en el principiante) que habla en tu interior casi imperceptible, apenas inteligible, y que te dice que prosigas leyendo, pues aunque pienses que ya conoces tu parte en Mi Plan, y que estás ya cumpliendo Mi Propósito, quizá halles en esto algo de importancia para ti, no te rehúses a obedecer, porque esa es Mi Voz que está tratando de hacerse oír dentro de ti, sobre el tumulto existente en tu conciencia humana, delicadamente instándote a mantener tu mente receptiva y a escuchar cuidadosamente mis palabras de Verdad.


Y si tú verdaderamente buscas conocer la palabra de Dios, recibirás estas Mis Palabras en abundancia, sin medida.


Pero con el objeto de que penetres en el significado completo de lo que sigue, ensaya a imagenar (formación de imágenes mentales) que el “Yo” que está aquí hablando, es tu Yo Real, tu Yo mas elevado, y si acaso Tú no puedes todavía creer esto, admite, por el momento al menos, que El es tu Yo Real, tu Yo más Elevado y procura así llegar a la conciencia, o sea a sentir que eres Tú quien está hablando a tu mente humana, como si hablaras a otra personalidad.


Si persistes en mantener esta conciencia conforme vas leyendo, mucho, muchísimo te será dado en añadidura a lo que tienes, en el sentido de bienes espirituales y tú, entonces, entonarás alegres alabanzas a Dios, con motivo del advenimiento de este Mensaje a ti, en tu vida... continuará

viernes, 20 de febrero de 2009

EL MAESTRO ... ERES TÚ (parte II)


A Ti, hijo Mío amado, que me buscas, pero aún no me has hallado, sino solamente como ese algo intangible que te ha alentado, inspirado y conducido siempre, continuamente, por caminos para ti cada vez más estrechos aunque más gloriosos, haciendo que tiendas una mano caritativa a los necesitados que encuentras.

A Ti, que eres consciente de Mí como el Amor del Cristo que habita en tu corazón y buscas propagar el Mensaje de su Amor por todas partes, sembrándolo en cada uno de aquellos corazones que parecen dispuestos a recibirlo.

A Ti, a quien Yo he venido en radiantes destellos de Luz o en visiones, bien sea durante el sueño o durante la vigilia, como Verdad, iluminando tu mente de modo que en ese momento has visto claramente la realidad de Mi Vida Espiritual y lo ilusorio de todas las cosas que impresionan tus sentidos externos, y buscas ahora enseñar esta verdad a los demás.

A Ti, que has llegado a la conciencia de Mí como la Vida interna tuya, en cuanto se manifiesta como Poder capacitándote no sólo para manifestar Mi Vida en tu cuerpo bajo el aspecto de vibrante Salud, sino también permitiéndote transmitir esta Vida a los demás, vitalizándolos, fortaleciéndolos, dándoles salud y llevándolos de esta manera a la conciencia de Mi Vida dentro de sus propios cuerpos,

A Ti, a quien he conducido algo más adelante, a quien yo he enseñado el uso de algunas de las leyes de Mi Ser, despertando en ti ciertas facultades y poderes internos que en apariencia te diferencias de tus semejantes, a tal grado que ahora te llamas a ti mismo un ocultista y te ocupas en lograr el completo dominio de estos “tus” poderes.

A ti, a cada uno y a todos, Yo doy este Mi mensaje de la Vida Impersonal.

La idea de la “Vida Impersonal” puede no serte enteramente nueva; tal vez hayas ya reflexionado en ella, tal vez ya te hayas esforzado más o menos por vivirla, acaso ya la has enseñado a tus simpatizantes; y sin embargo, quizá no tienes todavía una exacta comprensión de su significado real.

Por esto, es Mi Propósito, ahora, hacerte consciente de ese significado, de modo que tú como Maestro y Director de otros seres, no puedas ya tener la excusa de no conocerlo, cuando Yo, en lo sucesivo y desde lo interno, insista en que Mi Vida Impersonal, se manifieste en y por ti; porque Yo, tu Verdadero Yo, sólo de ese modo quedaré satisfecho.

Así es que prosigue estudiando cuidadosamente todo lo que ahora voy a decirte y busca seriamente conocer mi significado real –es decir, su aplicación vital y personal para ti-, antes de pasar por alto o descartar algo de él, si acaso este impulso viniese a ti.

Primeramente, Yo voy a hacerte algunas preguntas.

Al hacerte estas preguntas, YO ESTOY dirigiéndome precisamente a la conciencia de tu Alma y necesariamente habrán ellas de pasar por tu mente humana. Como tu mente humana no es sino una parte de tu yo humano o sea de tu personalidad humana, se hace necesario, primeramente, que tú te des cuenta exacta del modo de ser de tu mente humana y veas a este “yo” tuyo como realmente es, --no como tú imaginas que es. Preciso es que veas cómo esta personalidad tuya que pretende sentirse ofendida, comienza a rebelarse y aun se indigna, si es que no se encoleriza, al dirigírsele estas preguntas; porque Yo voy a penetrar, por medio de ellas, hiriéndola en lo vivo, hasta lo íntimo de sus placeres egoístas, de su orgullo de virtud o de espiritualidad, de su deseo de poder, de ser considerada como guía o directora, de ser creída muy sabia y muy buena--, si es que algunas de estas condiciones aun existen en esa personalidad tuya.

Pero, recuérdalo, no eres Tú quien así se siente ofendido o quien se rebela o encoleriza, no; quien así lo hace es solamente tu personalidad. Porque Tú eres realmente Yo, tú propio y Verdadero Yo que ESTOY HACIENDO ESTAS PREGUNTAS, Y QUE estoy mostrándote estas condiciones, insistiendo en todo lo que ahora estorba a Mi perfecta expresión de Vida Impersonal, en ti, en lo sucesivo no tiene razón de ser en tu vida.

Si tú vigilas y estudias cuidadosamente los pensamientos y sensaciones que vengan a tu mente conforme lees esas preguntas, tal vez descubras alguna fase de tu naturaleza humana que aún no han caído bajo el dominio Mío, el de tu Yo Verdadero.

Esta, por supuesto, es una enseñanza interna y es también una labor interna la que estas llamado a ejecutar conmigo, teniéndome a Mí, tu propio Yo Superior, como Maestro.

Y si tu Alma responde y tú valerosamente estás dispuesto a aceptar cualquier cosa que Yo haya de decirte y quieres aceptarla con verdadera humildad y comprensión espiritual, has de saber que gran Alegría Espiritual te espera y que muchos beneficios le seguirán.

Pero si tu personalidad aún insiste en insinuar que el “Yo” que está aquí hablando no es sino alguna persona que se considera a sí mismo, o a sí misma como una divinidad y está tomándose una libertad injustificada para así entrometerse en tus asuntos privados, y que, en consecuencia, no tienes tú ninguna necesidad de contestar estas preguntas ni aún a ti mismo, pues no son de la competencia de nadie sino sólo de la tuya propia; si esta personalidad tuya, con su mente meramente humana, así trata de persuadirte, está bien, y Yo necesariamente habré de enseñarte de otro modo; pero de un modo mucho más duro.

Sin embargo, todo ello es verdad; estas preguntas no son de la competencia de nadie, sino solamente de tu competencia. Pero, recuérdalo, Yo, tu propio y Verdadero Yo, Dios en Ti mismo, SOY quien las está formulando; y YO ESTOY haciéndolo con el objeto de que puedas encararte contigo mismo, de modo que puedas ver con claridad a esta personalidad tuya, con todas sus debilidades humanas, imperfecciones y falsos conceptos que en ella aún existen, y los cuales, por razón de tu incapacidad para percibir la sutil influencia que sobre ti ejercen, están impidiendo la expresión de Mi Vida Impersonal en ti y por tu conducto.

Y si Yo deshago todas estas ilusiones de la personalidad, que cual pompas de jabón flotan aún en tu atmósfera mental, después de mostrarte primeramente, de manera clara, su irrealidad, es solamente con el fin de que si de nuevo aparecieran, sea capaz de reconocerlas inmediatamente y les rehúses la entrada en tu Vida.

Mas ¿acaso tu personalidad está diciéndote que nada de eso te toca a ti, que tú no necesitas de tales instrucciones?

¿Lo crees así? Entonces contéstame a Mí, tu Yo Verdadero, las siguientes preguntas, estudiando al mismo tiempo, cuidadosamente, tus sensaciones, después de leer cada una de ellas, penetrando hasta lo íntimo de tu alma con análisis profundo.

¿Estás seguro, hijo mío, que nada busca el “yo” personal para sí, egoístamente, en esta labor que tú declaras estar haciendo por la humanidad?

¿Estás seguro de que tú, personalmente, no estás atribuyéndote mérito alguno por la ayuda que tus discípulos y simpatizadores reciben por tu conducto?

¿Estás enteramente seguro de que tú no sientes un secreto placer y orgullo al ver su actitud de respeto, temor sagrado o admiración hacia ti?

¿Estás seguro de que estas enseñanzas que das, proceden de Mí, tu Yo Divino o son ellas no más que tus puntos de vista personales, los pensamientos que tú has recogido de otros preceptores humanos?

¿Estás tú manchado esta labor que yo te he dado a hacer, por el hecho de introducir sutilmente tu personalidad en ella, atrayendo más la atención de tus discípulos sobre ti, como maestro, en lugar de hacerlos recurrir a Mí, en sí mismos, como a su Verdadero y único Maestro?

¿Puedes tú verdaderamente decir que en ti existen sólo pensamientos amorosos y caritativos y que hablas únicamente las palabras del Cristo cuando se te pregunta o cuando te expresas respecto a otros maestros o directores, no importa quiénes sean ellos?

¿Cuándo te encuentras con otros preceptores o directores, no tratas de hacerte notable? ¿No existe en ti el deseo de impresionarlos con tu personalidad o tus poderes?

¿Cuándo encuentras a alguno que ha hecho una realización de Dios, mejor que la hecha por ti, sientes solamente el más puro y fraternal amor hacia esa Alma?

¿Cuándo alguno de tus propios discípulos, por medio de tu ayuda, despierta a la conciencia de la presencia de Mí, en si mismo, y llega más rápidamente a tener una mejor conciencia de Mis Poderes, que la alcanzada por ti, no te regocijas sinceramente con inmensa alegría y alabas a Dios por las mercedes que a él a hecho?

¿Estás seguro, amado hijo mío, que tú llevas a efecto todo lo que haces, sin pensar en recompensa alguna, sin preocuparte de los resultados y tranquilo por la conciencia de que Yo ESTOY haciéndolo todo, y de que YO SOY el responsable?

¿Verdaderamente te das cuenta de que tú y tu personalidad son uno mismo; que no existe diferencia; y plenamente comprendes tu propio “Yo” y conoces tu identidad conmigo, Dios, tu Yo Divino?

¿En todas las enseñanzas de estas elevadas Verdades, reconoces en tu alma la unidad de Todo; que Yo, Dios, soy Todo lo real que hay, que Todo lo real que hay Tú lo eres; que YO SOY tu Yo Real; que no hay separación alguna entre Tú y Yo; que todo lo que tú haces, Dios es quien lo hace; que tú eres Uno con Dios, y que todos los poderes de Dios son tus poderes?

¿Estás seguro, hijo mío, que todas las cosas que tú estás enseñando, tú mismo las ERES; que tú estás haciendo, manifestando, VIVIENDO, todo lo que tú predicas a los demás?

Si tú puedes, en verdad, contestarme satisfactoriamente a Mí, tu Yo más elevado, todas estas preguntas, entonces este Mensaje no es para ti, y tú no necesitas proseguir leyendo, pues ya sabes todo lo que voy a decirte.

Pero si tú no estás seguro de ello y te das cuenta de que tu personalidad es todavía un factor más o menos dominante en tu vida; entonces será mejor que prosigas leyendo, pues he aquí que Yo entro a la parte vital de Mi Mensaje... continuará

martes, 17 de febrero de 2009

EL MAESTRO ... ERES TÚ (parte III)



Ah, hijo mío amado ¿cómo habré de decirte, cómo podré penetrar a través de ese muro de inconsciente orgullo de propia virtud, de egoísta suficiencia, de superioridad espiritual e independencia, que tu personalidad ha edificado alrededor de ti, y el cual evita que Mis Palabras de Verdad, habladas por conducto de otros, penetren hasta la conciencia de tu Alma?


¿Cómo podré Yo vencer este sentimiento que acaso ahora se apodera de tu conciencia humana, y despierta tu ira y oposición, para que no puedas penetrar la profunda importancia de Mi significado?


¿No ves que si tal sentimiento se manifiesta en tu corazón, es porque la personalidad te domina aún en gran manera, pues que de tal modo se impone? ¿No alcanzas a comprender que mientras aquellas palabras como las que antes te he dirigido, aun cuando procedan de una fuente cualquiera, no pueden crear en ti una comprensión grata de su intención amante y caritativa; y que en caso de que algún sentimiento de naturaleza rebelde o antagónica se despierte en ti, mientras tú no puedas reconocerlas inmediatamente, así como su origen y puedas proceder a trasmutarlas en amor y gratitud hacia Mí por haberte mostrado, de esa manera, las debilidades que en ti aún existen, no podrá ser un conducto puro y fiel por medio del cual las enseñanzas del Cristo habrán de darse?


¿No ves que cuando uno se constituye en maestro de los demás y asume el puesto de mediador entre ellos y Dios, interpretándoles Su Voluntad y Su Designio, toma uno sobre sí una gran responsabilidad, a menos que se viva en la conciencia de Dios y de su Amor, de tal modo, que El sea capaz de hablar y expresarse por medio de la mente y cuerpo humanos de uno, sin estorbo de ninguna clase?


Y estas palabras se han escrito para aquél que sincera y firmemente busca a Dios; para aquél que seriamente se esfuerza por permanecer en El y dejar que Su conciencia permanezca en su corazón (si supiera cómo lograrlo), así como para aquél que anhela solamente conocer Su voluntad, de modo que pueda obedecerla y servirle en todos los medios posibles; sí, estas palabras se han escrito para que todo aquél que así obra, pueda conocer, sin sombra alguna de duda, que YO, el verdadero Yo, en él mismo, SOY Dios.


Hay muchos seres que pretenden conocerme, que declaran ser Mis discípulos y estar dando Mis enseñanzas, diciendo que están enseñando y predicando el modo de alcanzar la unificación; pero tanto quienes externamente hacia los demás, como en sus pensamientos más íntimos, se hallan de tal manera confundidos con su personalidad e influenciados y dominados de tal modo por ella, que realmente no me conocen, aun cuando proclamen diariamente que Yo Soy quien les dirige y quien habla por medio de ellos. Para tales seres, también se han escrito estas Palabras.


Es verdad que Yo hablo por dichos seres; pero no como ellos lo entienden, porque ellos enorgulleciéndose personalmente de los pensamientos hermosos que a veces brotan de sus bocas, así como por la ayuda que estos pensamientos proporcionan a los demás, no conocen cuándo hablo Yo en ellos y cuándo su personalidad; pues si ellos en verdad Me conocieran, no se enorgullecerían ni se atribuirían mérito alguno, ni pensarían en sí mismos, sino que permanecerían humildemente en la conciencia de Mí, que lo hago todo, y me dejarían, a Mí y a Mi Amor Impersonal regir cada detalle de sus vidas.


Sin embargo, Yo hablo por conducto de dichas personalidades orgullosas y aún por conducto de los hipócritas, y preceptores de falsas doctrinas empleando todos los medios para llevar al Alma investigadora, las fases de Verdad necesarias para conducirla a la unidad consciente conmigo; porque, recuérdalo, la verdad no siempre es dulce, y muy a menudo se hace necesario que tú pruebes lo amargo a fin de saber apreciar lo dulce y puro.


¿No sabes tú, que tus pecados, tus equivocaciones; así como la impostura, los falsos amigos o la enseñanza errónea, son algunos de los medios por los que aprendes y te haces fuerte? De estas maneras, principalmente, Yo enseño. Yo te hago pasar por todas estas cosas o condiciones, a fin de que puedas aprender a distinguir lo verdadero, le lo falso; las realidades de la vida, de los errores e ilusiones. Y el sufrimiento y el dolo que tal aprendizaje entraña, no es sino el fuego de Mi Amor que está quemando en tu corazón los deseos de la carne, los pensamientos impuros o erróneos, el egoísmo, el orgullo y el amor propio, los cuales fueron implantados y han sido conservados allí por la personalidad; pero que deben ser eliminados de ti, a fin de que Mi Vida Impersonal pueda manifestarse libre y plenamente.


Y esta personalidad tuya ¿qué es? Es lo que tú en tu mente humana imaginas que eres. Es la criatura a la cual tú diste el ser hace muchas, muchas edades; criatura que tú has nutrido y alimentado, a la cual tú has amado y por ella combatido; a la cual te has subordinado durante tanto tiempo, confiando y creyendo en ella como si fuera real. Ella es el hijo de tus entrañas, la criatura de tu mente humana, nacida de un pensamiento, cuando te separaste de Mí, en conciencia, en el Edén, después de tu primer pecado, y la cual desde entonces se ha alimentado y sostenido con la idea de que tú estabas separado de Mí, y de que Yo, Dios, estaba disgustado contigo y había estado castigándote continuamente por haber comido el fruto del conocimiento del Bien y del Mal.


Y si yo te he permitido amarla y confiar en ella, así como seguir y obedecer a este hijo imaginario, desarrollado ahora en plena madurez en tu conciencia, y que ha llegado a ser tan fuerte y poderoso que domina y rige a su padre con férrea barra, ha sido solamente con el fin de que por medio de los pecados o errores a los cuales él te ha conducido, y el consiguiente sufrimiento que éstos han producido, pueda Yo despertarte a la realidad de su irrealidad; al hecho de que no tiene existencia sino sólo en tu mente; de que la vida que tiene y todos su poder, proceden solamente de tu constante pensar en que tú eres esta personalidad y que estás separado y lejos de Mí.

Y si ha despertado en ti una leve percepción de su irrealidad y estás ahora recurriendo a Mí, en lo interno, buscando ya ser libertado de la esclavitud a que te ha reducido su dominio, debes saber que esto no podrá ser, sino hasta que tú seas planamente consciente de que Tú y Yo, Dios, que habito en lo interno de Ti Mismo, somos uno, de que no existe separación alguna entre Tú y Yo, de que todo lo que Yo Soy, Tú lo eres; de que todo lo que Yo tengo es tuyo, de que todo poder te ha sido dado en el cielo y en la tierra, y por consecuencia, de que Yo Soy, y Tú debes ser el Amo, así como de que esta personalidad tuya, es solamente una fase de pensamiento mortal que Yo permití naciera en tu conciencia humana, a fin de desarrollar tu mente y cuerpo, hasta hacerlos lo suficientemente fuertes para contener y conscientemente expresar con plenitud Mi Vida Impersonal.


Tú debes ser el Amo, absoluto Amo y Señor de ti mismo; pero tú no podrás Ser tal amo y señor, sino hasta que te conozcas a Ti mismo, hasta que conozcas cada una de las fases de tu personalidad; hasta que conozcas toda tu fuerza y toda tu debilidad; todos tus poderes físicos, mentales y espirituales; todas tus imperfecciones humanas, tendencias y limitaciones, y puedas verte a ti mismo y conocer tu personalidad de la misma manera que otros te ven y te conocen; con los ojos y el criterio del mundo y la visión y comprensión del Espíritu; hasta que conozcas todo lo relativo a esta personalidad que de manera tan sutil y astuta se ha impuesto a tu conciencia, que tú difícilmente puedes decir cuándo se manifiesta ella y cuándo Yo, tu Verdadero Yo.


Así pues, esta personalidad tuya debe ser sometida, debe fundirse en Mi Impersonalidad, antes de que Mis verdaderas Enseñanzas puedan manifestarse, Tú debes darte cuenta, realizándolo con el alma, que Tú, el Impersonal Tú, el Verdadero, eres uno con tu hermano, de la misma manera que eres uno conmigo. Tú debes aprender a verme a Mí su Yo Impersonal, bajo todas las ilusiones de su personalidad, y no debes permitir que reflejo alguno de tu propia personalidad obscurezca la clara visión de Mí, en sí mismo, donde estoy anhelando y esperando el tiempo de que él también, acaso por tu medio, pueda ser conducido al reconocimiento de Mí, habitando en su corazón.


En lo Impersonal, todo es uno. Cuando tú puedas entrar en la unidad de la conciencia Impersonal, y puedas permanecer allí a voluntad, tú habrás entrado a Mi Reino, y habrás hallado a Dios; y en lo sucesivo serás capaz de verme y conocerme en todas Mis creaciones. Porque la Conciencia Impersonal, es Mi Conciencia; Ella es mi Reino, el reino de Mi Ser, y como YO SOY la vida de todas las cosas, una vez que hayas entrado en este reino, te harás uno conmigo y por consiguiente, uno con todos los demás seres; y tú podrás entrar y salir y hallar abundancia y sustento. Porque Yo te alimentaré con el Pan del Espíritu, y el Vino de Vida manará a través de ti, en ríos de Amor Viviente, bendiciéndote y beneficiándote por todos los conceptos, e igualmente a todos aquellos con quienes entres en contacto... continuará

domingo, 15 de febrero de 2009

EL MAESTRO ... ERES TÚ (parte IV)


Y así, Hijo Mío, Mi elegido, Yo te digo todo esto con el fin de que te esfuerces incesantemente para conocer a esta tu personalidad; para conocer todas sus fases sutilmente egoístas, muchas de las cuales están tan profundamente ocultas en tu conciencia, que ni siquiera te has dado cuenta de que allí existen; porque Tú las ocultaste ahí hace muchas edades, habiéndote engañado a ti mismo al creerlas buenas y necesarias para tu vida, por cuya razón las hiciste parte de tu naturaleza. Empero ahora, con mi ayuda, tú vas a buscarlas y a expulsarlas a fin de que mi naturaleza Impersonal pueda libremente manifestarse en ti.


Y como yo te he elegido, Hijo Mío, y te he llamado parte y te he permitido saber que tienes una labor particular que hacer, Yo quiero que estés absolutamente seguro, Hijo querido, de que es Mi Voz y no la de tu personalidad, la que tú has estado escuchando durante la prosecución de esta labor.


Si Yo he de ser tu maestro y deseas que Yo te conduzca y dirija en tu labor; si tú deseas verdaderamente servirme, cada uno de los atributos de tu personalidad humana debe serme cedido, debe rendirse a Mí, y tú debes obligarle a que así sea; pues mientras quede en ti un solo deseo o instinto egoísta, es seguro que éste manchará tu labor, y esto te probará que aún estás bajo el dominio de la personalidad.


Muchos, muchos son los modos en que ella se esforzará en manifestarse; pero Yo estoy aquí y te los haré notar claramente, si tú me pies que así lo haga, Y Yo te diré lo que debes hacer, mas no con autoridad dominante, insistente, no con ansiosos clamores internos, sino por medio de indicaciones dulces y amorosas que tú no podrás menos que comprender, con sólo que permanezcas alerta y escuches Mi Voz, lo cual está siempre aconsejando y dirigiendo a todos aquéllos que en Mí esperan con fe y confianza vivas.


Y tú gradualmente te darás cuenta de que mi trabajo sólo puede ser hecho, llevando en tu corazón un espíritu de amor Impersonal. Pues sólo por medio de dicho espíritu, desprovisto de egoísmo, desinteresado, jamás preocupado por los resultados, puedo Yo expresarme por Ti. Tú debes cederme todo, debes dejarme imperar y debes, asimismo, dejar bajo Mi responsabilidad todas las consecuencias.


Cuando hayas aprendido a hacer esto, entonces yo haré que se despierte en Ti la conciencia de tu identidad conmigo, la conciencia de Mi Poder, Mi Sabiduría y Mi Amor, en tu interior. Entonces tu vida personal gradualmente se fundirá en Mi Vida Impersonal, y te harás consciente de tu Herencia Divina, así como del trabajo real que Yo he elegido que hagas.


Pero mientras tu conciencia humana no se haya fundido en Mi Conciencia Divina, mientras no puedas verdaderamente conocer y usar tus Poderes Divinos, es mejor que ajustes tu modo de vida, de manera que no asumas poseer Poder o Sabiduría en grado superior al de tus semejantes. Pues es mejor que tú primero te pruebes a ti mismo que eres capaz de vivir y ser todas estas cosas que tú ahora ves, más o menos claramente, con el ojo interno, antes de que intentes darlas a los demás como Verdad, o como procedentes de Dios.


Porque tú sabes que es sólo la personalidad la que trata de hacerse notable, presentándose como autorizada o como poseedora de sabiduría en lo Espiritual, o como la elegida de Dios y Su portavoz; y debes recordar que YO ESTOY en tus discípulos y simpatizadores, de la misma manera que ESTOY EN TI.


Ah, hijo Mío querido, ¿estás seguro de que nada de esto notan en ti tus discípulos u oyentes? ¿Estás seguro de que el dinero no es asunto que ocupa el lugar más prominente en tu mente, y que por eso el deseo de servirme queda relegado a lugar secundario? ¿Puedes verdaderamente decir que pones totalmente bajo Mi cuidado todos los problemas materiales, sabiendo que Yo siempre proveeré abundantemente; así como que en tu corazón no hay lugar para el temor ni para las dudas, ni para las objeciones, en cuanto a que Yo siempre proveo lo necesario para satisfacer toda necesidad, sí, todo deseo?


Si es así, ¿es entonces necesario que tú cobres o aceptes pago de cualquier clase, a cambio del auxilio amante que Yo doy por tu conducto? ¿No es Mi sirviente digno de su salario y no habré Yo de proveer lo que él ha de menester? ¡Considera los lirios del campo y las aves del aire!, ¿quién les viste y alimenta? ¿No eres tú para Mí más de lo que ellos son? ¡Oh, hombre de poca fe!


¡Escucha! Sólo conforme tú des la plenitud de mi Amor, liberalmente, sin pensar en recompensas o utilidades, así podrás recibir de Mi Abundancia.


Pero tal vez no aceptes esto ahora; y si es así, está bien. Porque Yo he elegido que así sea, como también que Tú aprendas la Verdad por otros conductos. Tú, en tal caso, todavía debes adherirte a la creencia de que aún los sirvientes de Dios deben vivir, y de que al vivir y trabajar en el plano mundano, ellos se ven obligados a usar de los medios mundanos por mas que se trate de trabajos espirituales.


Y esto es verdad, pero no en la forma que tú lo entiendes. Sin embargo, vendrá el tiempo en que tú habrás de conocer el modo de emplear las “herramientas” mundanas aún en trabajos espirituales; pero esto será cuando tú hayas aprendido, pasando por la prueba y el sufrimiento, a conocer Mi Modo; cuando tú seas capaz de ver con mis ojos Impersonales, y conocer con Mi comprensión Impersonal, y puedas hacer a un lado, de un modo absoluto, el interés personal en tu enseñanza, y ambos, en el resultado y en la recompensa por dicha enseñanza.

Pero antes de que eso pueda ser, es posible que yo tenga que conducirte por el camino difícil, hasta la cumbre de la montaña del adelanto espiritual, por el camino escabroso de la dura experiencia.


Sí, tú puedes llegar a ella por ese camino. Pero ¡oh! ¡qué largo y doloroso es el viaje!


Más acaso Tú dices: Ese es el único camino o modo por el cual puede uno aprender.


No, ese es solamente uno de los caminos o modos por los cuales se puede aprender, esto es, el camino penoso. Este es el camino personal, y para algunos puede ser necesario seguirlo. Empero Yo trato de salvarte, evitando que tú vayas por él.


¿No has visto la triste desventura de algunos de aquéllos que Yo he conducido de esa manera hacia la elevada montaña, de aquéllos que han ascendido por el camino penoso, y han caído cuando ya alcanzaban la cumbre?


Sí, nadie puede elevarse personalmente tanto que no haya de caer, porque la personalidad se halla siempre presente en ese viaje. Ella es el adversario que se opone a cada paso: ella es la que hace a este camino tan penoso. En tanto que algo quede de su parte egoísta, en ese tanto, la personalidad hallará el modo de oponerse. Yo puedo conducirte a la cumbre de la montaña y mostrarte todos los reinos del aire, de la tierra, del fuego y del agua, y presentándotelos, decirte que todos ellos son tuyos, para tu uso. Pero si no has limpiado completamente de ti mismo la parte egoísta de tu corazón, de tu mente y de tu Alma, he aquí, la personalidad aparece y habla detrás de ti, e imita tan sutilmente Mi Voz, que tú podrás creer que Soy Yo quien habla. Y si te dice que tomes y uses estos reinos para glorificarte a ti mismo, que ellos son tu recompensa por haberte elevado hasta la altura en que te encuentras, puedes confiar en ella y obedecerla, sí, de la misma manera que lo hicieron aquéllos que cayeron desde su anterior estado de elevación a la profunda tiniebla externa.


Con el fin de que puedas ahorrarte este viaje y esa tentación, Hijo Mío querido, Yo te ofrezco aquí el camino más sencillo y más fácil: que sólo permanezcas en la conciencia de Mí, el Yo Verdadero en Ti mismo y dejes que Mi Santo Amor Impersonal permanezca en Ti, permitiéndole fluir de tu corazón libre, sin obstáculos e incondicionalmente, para beneficiar a todos aquéllos con quienes entres en contacto. Si tú deseas hacer esto, puedes pedirme cualquier cosa que tú quieras y te será concedida.


Porque ¿no ves Hijo querido, que si tú armonizas perfectamente tu vida con Mi Vida, por el hecho de eliminar todas las fases de tu personalidad egoísta, si eliminas tus ideas, creencias y opiniones personales, de modo que Mi Vida, que no es otra cosa que Mi Amor VIVIENTE, puede expresarse con plenitud y libertad por ti, no ves, repito que el vacío dejado por tu vida personal al eliminarse, habrá de ser inmediatamente llenado, tal como el aire se precipita en un espacio vacío, por Mi Vida Impersonal? Porque Mi Vida Impersonal es la substancia real de todas las cosas, y ella está siempre buscando expresar externamente Su naturaleza verdadera; y por eso, todo lo que de Ella sea necesario para perfeccionar y completar Mi Naturaleza Divina en ti, habrá de fluir seguramente, ambos, en ti y por ti, siempre que tú así lo permitas; y Ella te armonizará y beneficiará haciendo que se manifiesten tangiblemente todas las cosas buenas y necesarias para perfeccionar completamente tu naturaleza humana, creando Alegría, Felicidad, Satisfacción y Paz en tu Alma... continuará

viernes, 13 de febrero de 2009

EL MAESTRO ... ERES TÚ (parte V y última)



Y ahora ¿habré de decirte, con relación a Mi Vida Impersonal, cómo puedes tú vivirla conscientemente y ser, por completo, Uno conmigo, tu Yo verdadero, tu Padre que está en los Cielos?


Entonces, escucha y medita larga y seriamente en todo lo que voy a decirte. No pases por alto ni una sola de estas líneas o cualquiera de los pensamientos en ellas contenidos, hasta que Mi significado sea claramente comprendido por ti:


Yo no busco otra cosa más que SER y EXPRESAR mi Yo, en y por ti. Mi Yo es puramente Impersonal, pues es el Yo real de todo ser humano. YO SOY la Esencia interna, pura, perfecta, in egoísta de cada uno de los seres humanos que, dentro del alma, habito en sus cuerpos físicos, a fin de desarrollarlos como medios adecuados para la expresión de Mis Divinos Atributos sobre la tierra, tal como es en los Cielos.


Por esta razón, tú también debes no buscar otra cosa más que ser y expresar tu Yo verdadero, el cual es Yo, tu Yo Divino e Impersonal. De esta manera tú unes tu propósito con el Mío, tu voluntad con Mi Voluntad, tu ser con Mi Ser, haciéndote Uno conmigo; de esa manera, Nosotros, tú y Yo, nos hacemos Dos-en-Uno: El estado Divino sobre la tierra.


Mas, a fin de que esto pueda Ser, debemos limpiar primeramente tu corazón, en seguida tu mente, y después tu cuerpo, de toda sensación e inclinación del yo personal. Esto puede ser logrado solamente por medio de Mi Santo Amor Impersonal, con el cual Yo llenaré tu corazón de modo que ya no haya en él lugar para tu parte egoísta. Con el corazón purificado y dulcificado, la mente atraerá y pensará solamente pensamientos puros y dulces, es decir, Mis pensamientos, los cuales son siempre Sabiduría pura; por cuya razón, tu verás solamente Pureza y Bondad en todas las cosas. Entonces, naturalmente, no encontrándote ya bajo el dominio e influencia de pensamientos erróneos, tu cuerpo habrá quedado subordinado totalmente a Mi Vida, cuyo poder perfeccionador y purificador arrojará de él toda inarmonía. Entonces, con sólo Mi Amor en tu corazón, Mis Pensamientos en tu mente y Mi Vida en tu cuerpo, tú conocerás el YO SOY, tu propio Yo Verdadero, porque entonces ya no habrá en ti otro Yo.


Entonces el YO SOY, tu YO verdadero, se manifestará en el mundo; pero no será de él. Tú ya no serás por más tiempo atraído hacia él y por él, pues verás con Mis ojos, oirás con Mis oídos y sabrás con Mi sabiduría todas las cosas. Tú ya no verás mas la apariencia externa de éstas; sino que las verás como son en Realidad. Nada del pasado, del presente o del futuro estará oculto para ti, pues las limitaciones de la naturaleza humana ya no existen más y en el Espíritu no hay tiempo, ni espacio, ni personalidad o separación, Todo es Uno.


Y tú seguirás adelante, llevando en Ti la conciencia de este gran Amor Impersonal, como la substancia real y verdadera de tu ser, y por su medio, Yo consolaré, vigorizaré, ayudaré y bendeciré a todos aquéllos hacia los cuales Yo habré de guiarte o aquéllos a quienes guiaré a ti. Pues por ser el Amor tu naturaleza, así como la pura y perfecta expresión de Mi Vida en el hombre, en el plano terrestre El está siempre en actividad, buscando expresarse en una manifestación externa o tangible cada vez más completa y armoniosa.


Y llevando en ti la conciencia de tu Divinidad y del Poder Divino que Mi Amor te da, en lugar de hacer alarde o dar pruebas de él de un modo personal, solamente darás, ayudarás y bendecirás Impersonalmente, buscando romper todas las cadenas y eliminar todos los estorbos y limitaciones que puedan impedir de alguna manera, que Mi Vida se exprese perfectamente en y por medio de los otros seres tus semejantes.


De esta manera, tú te haces Uno con la Vida Una, con Mi Vida Interna e Impersonal; y por consecuencia, Uno conmigo que SOY la Fuente y Origen de todos los bienes terrestres y Divinos.


Y por ello, tú ya no buscarás más enseñar o guiar a los demás; porque tú te habrás hecho Impersonal; y siendo Impersonal, tú me dejarás a Mí, dentro de ellos, darles la enseñanza y dirigirlos. Tú ya no buscarás más guiar, sino solamente seguirme.


E igualmente, tú ya no buscarás más ser sabio, bueno o fuerte, rico, sano o feliz; porque tú ya eres todas estas cosas, siendo Uno conmigo, QUE SOY la esencia interna, de la cual, todas estas condiciones no son sino la manifestación exterior.


Y tú conocerás que toda inarmonía anuncia el advenimiento de la armonía; que toda escasez, no es sino la sombra que indica la dirección de la luz; que toda debilidad no es sino parte de los efectos de la adaptación que habrá de dar por resultado una voluntad perfeccionada, y que todo es bueno y necesario, a los ojos de aquél que ha entrado a Mi Conciencia Impersonal y juzga desde Mi punto de vista.


Y así, tú irás sereno por todas partes, tranquilo estarás en todas tus ocupaciones cualesquiera que éstas sean; porque ya entonces tú sabrás que toda ocupación, sea cual fuere, es Mi ocupación; y en lugar de buscar y esforzarte por obtener para ti personalmente las mercedes o bienes espirituales que se encuentran en la cumbre de la montaña, tú cesarás de buscar y esforzarte y te habrás olvidado o negado a ti mismo; y todo lo que sentirás será la necesidad de dar, dar y dar de ese Gran Amor interno, dejándole vivificar, despertar, ayudar y fortalecer a las almas que luchan alrededor de ti, buscando comprender y obedecer la sensación de Mí dentro de sus corazones; pues estas almas, debido a que sus mentes no están aún maduras ni adaptadas, equivocan esas sensaciones y , por consecuencia, no comprenden Mi significado, que Yo, desde lo interno trato de hacerles conocer.


Yo los conduciré a ti, y de ti a ellos, para que Yo pueda enseñarles, primero de lo externo, por tu medio; y de la misma manera que Yo te he dado este Mi Mensaje por medio de estas palabras, así Yo daré Mi mensaje a muchos miles de tus semejantes, por medio de las palabras que Yo hablaré por ti.


Pero esto no podrá ser como Yo me propongo, sino hasta que Yo pueda vivir en ti Mi Vida Impersonal; hasta que tú hayas rendido tu personalidad ante Mi Divina Impersonalidad, pues mientras tú no te determines con todo el poder de tu voluntad y anheles con toda la necesidad de tu Alma, vivir la Vida Impersonal, haciendo que tu “yo” personal se acoja a Mí y me sirva a Mí, tu propio Yo verdadero e Impersonal, Yo no podré darte ni un vislumbre de Mi significado real. Pero cuando Yo te haya concedido este vislumbre, Hijo querido, su gloria siempre estará contigo en lo sucesivo, y El te conducirá adelante, adelante, siempre adelante, hasta que Mi Significado completo sea extraído de Mí, por la fuerza del anhelo de tu Alma.


Este es Mi Mensaje. Su misión es despertar en ti este anhelo, es decir, el anhelo de vivir la Vida Impersonal.

Esta es una elevada enseñanza, y es solamente para aquéllos que pueden comprenderla, para aquéllos a quienes Yo he preparado y dispuesto a recibirla.


Sin embargo, para éstos no es sino la puerta que se abre hacia enseñanzas más elevadas, las cuales Yo les daré directamente de lo íntimo de sus propias Almas; sí, pero sólo a aquéllos de ellos que recurran a Mí con fe y confianza de amantes, y que estén deseosos de despojar sus corazones del sí mismo egoísta, con el fin de que pueda Yo llenarlos con Mi Santo Amor Impersonal.


Y he aquí Mi promesa: Yo tengo reservado para aquellos que anhelan venir a Mí, por el camino o modo simplísimo, amoroso e impersonal, grandes maravillas bajo la forma de Bienes Espirituales, las cuales serán para ellos fuente de inagotable Alegría; así como que Yo pondré en sus manos, conforme Yo permanezca con ellos y ellos en Mí, el uso ilimitado de TODOS Mis Poderes y Atributos Divinos.



“YO SOY el Maestro Interno gobernando y controlando

Todos los Procesos de pensamiento, en la perfección

de Cristo, íntegramente como yo deseo que sean”.


miércoles, 4 de febrero de 2009

VOCES MARAVILLOSAS