jueves, 27 de marzo de 2008

CARACTERÍSTICAS DEL MÉTODO REIKI


Reiki abre el canal para que la energía del amor incondicional fluya a través de nosotros. El practicante no se cansa al dar tratamientos, sino que se carga de energía, ya que cuando ésta pasa a través de él, siempre queda algo en su cuerpo. Nunca usa la energía propia.

Abierto el canal, este siempre estará disponible. No requiere práctica, aunque la práctica hará que la energía pueda fluir con mayor fuerza a través de nuestro cuerpo.

Al empezar un tratamiento, no hay que seguir concentrándose en el paso de la energía. Así, el receptor puede explicar las emociones y sensaciones que puedan surgir durante la sesión, entablando una conversación sin que cese el flujo de energía; pero generalmente no se suele hablar, ya que el silencio permite al receptor relajarse profundamente y adentrarse en si mismo.

Con otros sistemas de sanación, el practicante tiene que protegerse de no captar energía negativa o síntomas del receptor. En cambio, en Reiki, al estar la energía fluyendo constantemente en una sola dirección, el receptor no puede transmitir “energía negativa” al practicante. Con Reiki no se intenta disipar la energía negativa, sino elevar la vibración energética del receptor, ya que esta se sintoniza con la vibración de la Energía.

Es frecuente que, personas entendidas en temas esotéricos, pregunten si es legítimo “curar” a alguien, ya que una enfermedad puede tener origen kármico, y el receptor necesita aprender de ella o sufrirla debidamente para liberar ese Karma. Al “curarle”, mandando energía, le podríamos privar de esa oportunidad. En Reiki el practicante no “cura”, no puede influir en el Karma de su receptor ni eliminar una enfermedad antes de tiempo. Recordemos que, Reiki se ofrece al Ser Interior del receptor y la energía se utilizara para lo que haga falta según el plan global de su vida, siempre teniendo en cuentas las cuestiones kármicas y las lecciones que permiten aprender de la enfermedad. Tan solo se le ayudara a acelerar el proceso en beneficio propio.

Con Reiki no se puede hacer daño. Reiki es la energía universal, la fuerza vital, es decir, la energía del amor incondicional: se ofrece y, si se acepta, hará únicamente bien, aunque, a veces, nosotros no seamos conscientes del plano en que está trabajando y los resultados no coincidan con nuestras expectativas.


La Física de la Sanación

La física cuántica nos dice que toda materia es energía en diferente nivel de vibración, y que la “dis-armonía” de las vibraciones provoca un estado de desequilibrio que en el cuerpo humano se traduce en enfermedad.

Numerosos experimentos con sanadores en laboratorio, han comprobado y demostrado que su energía puede afectar sensiblemente a la materia a nivel de partículas. Estas pruebas se han llevado a cabo con hongos, animales, plantas, células, enzimas y niños para descartar totalmente la posibilidad de que los cambios se deban a la “fe”, al efecto placebo.

El tratamiento básico de Reiki en una forma de pasar energía a todos los meridianos de la acupuntura y a los centros energéticos llamados chakras. Por estos canales se distribuye la energía a todo el cuerpo. Estos centros energéticos están íntimamente conectados con las glándulas, que a su vez controlan todo el sistema hormonal. Así, con la energía Reiki, se refuerza la propia energía del cuerpo, ayudándolo a recuperar el estado de armonía y bienestar.

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