viernes, 25 de enero de 2008

EL CHAKRA FRONTAL – AGNYA (Tercer Ojo) (6º)

El sexto chakra se encuentra situado un dedo por encima de la base de la nariz, en el centro de la frente. Se abre hacia delante. Se encarga del perdón y la comprensión, y permite trascender de la consciencia mental pensante a la consciencia espiritual sin pensamiento (en Sánscrito Irvichara). El mejor exponente del perdón es Jesús, sus últimas palabras: “perdónales porque no saben lo que hacen”, son el mejor ejemplo de perdón. Cuando este chakra se abre, entendemos el verdadero significado del perdón, al igual que nos hacemos conscientes del mal que nos hace el odio y el rencor. Estos últimos son incompatibles con la paz y el amor a los que un ser humano aspira desde el interior noble de su Espíritu.

Se localiza a nivel del quiasma óptico, formado por el cruce de los nervios ópticos en la base del cráneo. Regula ojos, la visión, así como las glándulas pituitaria, hipófisis y pineal, pensamientos, rostro, oídos, senos paranasales, cerebelo, sistema nervioso central, todos los sentidos así como la forma de perfección extrasensorial.

  • Color: Añil, también amarillo y violeta.
  • Número de pétalos/subplexos: Dos de cuarenta y ocho = noventa y seis pétalos.
  • Función sensorial: Todos los sentidos, también en forma de percepción extrasensorial.
  • Su Mantra: KSHAN
  • Gemoterapia: Lapislázuli, sodalita y zafiro añil.
  • Aromaterapia: Menta y jazmín.

Sus cualidades son el perdón y la compasión. Cuando la Kundalini lo atraviesa, relaja nuestra mente y produce una disminución de los pensamientos, pudiendo llegar a alcanzarse un estado especial de consciencia al que denominamos “Consciencia sin pensamientos”, en el cual uno percibe su verdadero Ser.

A través del sexto chakra se consuma la percepción consciente del Ser. En él se asienta la fuerza psíquica superior, la capacidad intelectual de diferenciación, la capacidad del recuerdo y de la voluntad; y a nivel físico es la central de mandos suprema del sistema nervioso central.

El Agnya es la estrecha puerta que, a través del cual la atención normalmente no puede pasar, es imposible. Es un pasaje muy estrecho en el que el ego y el superego se encuentran y se cruzan y no queda espacio para que la Kundalini pase. Por tanto hay que pasar a través de este tercer ojo, hay que penetrar en él a través del despertar de la Kundalini. Es un pasaje tan cerrado, que, de hecho, es la puerta del área límbica que, a su vez, es el reino de Dios.

Es el chakra del perdón, la humildad y la compasión. El perdón es el poder de abandonar la ira, el odio y el resentimiento, y de descubrir, con humildad, la nobleza y la generosidad del Espíritu. Una vez que se empieza a ver que si no se perdona a los demás en realidad no se hace daño a nadie excepto a uno mismo, uno comienza a darse cuenta de que perdonar no solo es sabio y generoso, sino también muy práctico y pragmático. Al perdonar se empieza a sentir una tremenda sensación de paz y alivio. La personificación del perdón fue Cristo, el cual, nos dio un poderoso mantra: “… perdona nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores”. El perdón funde el Ego, todos los condicionamientos, las falsas ideas del racismo y nacionalismo y las falsas identificaciones.

En este centro nuestros pensamientos los controlamos nosotros. Podemos controlarlos. Si queremos podemos pensar; sino, no pensamos. En el silencio sentimos nuestra paz, y si nos encontramos entre una gran multitud o con muchos problemas, de repente pasamos a ser el testigo. Comenzamos a verlo todo, vemos el problema, de que se trata. Hasta que no veamos con claridad el problema, no podemos solucionarlo. Cuando estamos dentro del problema es cuando nos sentimos molestos, pero si estamos fuera es verlo con claridad y esto es lo que ocurre cuando entramos en Consciencia sin pensamientos.

Un animal no puede proyectar. El ser humano tiene la habilidad de proyectar cosas que no existen en la realidad. Por ejemplo, un pintor puede proyectar algo en abstracto y luego plasmarlo en el lienzo. Un arquitecto concibe una idea y luego desarrolla el diseño. Por medio de este poder hemos aprendido a jugar con nuestra mente, a construir castillos en el aire y derrumbarlos. Este es el gran poder de la mente, nos permite movernos en múltiples dimensiones y cruzar muchas fronteras. Sin embargo, a menudo somos victimas de este juego. Y entonces intentamos liberarnos. A esta representación o drama se le llama ilusión o “maya”.

A través del sexto chakra se consuma la percepción consciente del Ser. En él se asienta la fuerza psíquica superior, la capacidad intelectual de diferenciación, la capacidad del recuerdo y de la voluntad; y a nivel físico es la central de mandos suprema del sistema nervioso central. Su auténtico color es el añil claro, pero también pueden detectarse matices amarillos y violetas. Estos colores indican sus distintas formas de funcionamiento en diferentes planos de consciencia. El pensamiento racional o intelectual, puede hacer surgir aquí una radiación amarilla. Un azul oscuro transparente apunta a la intuición y a procesos de conocimientos integrales. La percepción extrasensorial se muestra en un matiz violeta.

Cualquier realización en nuestra vida presupone pensamientos e ideas que pueden ser alimentados por patrones emocionales inconscientes, pero también por el conocimiento de la realidad. A través del tercer ojo estamos unidos con el proceso de manifestación mediante la fuerza del pensamiento. Todo saber que se manifiesta en la creación, existe en forma pura y no manifestada, de forma similar a como en una simiente en estado latente están contenidas todas las informaciones de las que surgirá la planta. La física cuántica llama a este ámbito el campo unificado o el ámbito de la menor excitación de la materia.

En nosotros, los hombres, están contenidos todo los planos de la creación, desde el ser puro, hasta la materia compacta, y vienen representados por los diferentes planos de vibración de los chakra. Así, el proceso de manifestación se consuma en nosotros y a través nuestro.


1 comentario:

Pilar (con su Ángel) dijo...

Carlos, he descargado tu libro, y francamnete lo que he podido leer, me ha encantado, cuando lo lea completamente, te daré una valoración personal. Lo que se desprende en el nada más empezar a leerlo, es tu gran amor, respeto y dedicación por la enseñanza y por tus alumnos.Para eso hay que ser una persona muy sensible y abierta a nuevas perpectivas o realidades. Te felicito.